Perdida

Pérdida. O quizás es que deje de mirar para los costados y empecé a mirar un poco más para adentro.
Y ahí, puede que sea un poco más difícil encontrarse.
Quizá no esté tan perdida.
 Quizás, se exactamente donde estoy y eso es lo difícil.
Salir o realmente querer estar donde estoy, irme con todas mis fuerzas o quedarme con todas mis ganas.
No tengo ninguna de las dos.
Y caigo rendida a la nada misma.
Sin fuerzas, cansada despeinada.
Aburrida de verme la misma cara todos los días en el espejo.
Porque a esta altura, me ponga lo que me ponga se me nota.
Ni sabría explicar que es lo que se nota, pero se nota.
 Quiero sentirme entera, y me siento en mil pedazos. Junto un par y se me caen otros y así sucesivamente día tras día.
Uno siempre vuelve a donde fue feliz y vuelvo a esos días, a buscar razones a sentirme menos perdida.
Entenderme que no es tan raro que me sienta tan rota, que no es tan raro que duela, al contrario es lo más normal del mundo.
No tengo ganas de buscar porqués, ni más respuestas.
Dormir, quiero dormir hecha un bollito y que duela lo que tenga que doler, necesito sacarme esta piel y volver a resurgir, estoy en pedazos y de aqui en más que todas las cartas de tarot, horóscopos me digan lo que debo hacer, porque pensar no quiero. Que a mi suerte la maneje otro. Tirar la moneda y que sea lo que sea.

2019